Jose Castillo
CANCÚN, Q. ROO. - La nostalgia y la devoción por la icónica película original de "El Exorcista" se combinan en "El Exorcista: Creyentes", pero esta secuela directa no logra igualar el impacto de su predecesora ni ofrecer una experiencia verdaderamente escalofriante.
La historia sigue a Victor Fielding (Leslie Odom Jr.), un joven viudo y padre soltero, y su hija Angela (Lidya Jewett). La relación entre ellos se ve marcada por la ausencia de la madre de Angela, lo que lleva a la niña a buscar respuestas sobre su madre a través de una compañera de clase llamada Katherine (Olivia O’Neill). Juntas, realizan una sesión espiritista en el bosque que termina en un desastre, dejándolas con un comportamiento perturbador.
La película intenta justificar el regreso de Ellen Burstyn como Chris MacNeil, quien ha pasado años estudiando posesiones demoníacas y exorcismos. A pesar de un elenco talentoso y esfuerzos notables en la actuación, el guion falla en brindar profundidad a los personajes y en crear una conexión emocional con la audiencia.
Póster de El Exorcista: Creyentes (Fuente: IMDb)
Uno de los problemas clave es que la trama se desvía hacia un enfoque más slasher en lugar de explorar los aspectos espirituales y personales que hicieron que la película original fuera tan impactante. El terror se convierte en momentos ruidosos y repetitivos en lugar de una presencia genuinamente aterradora.
A pesar de las promesas de una nueva trilogía, "El Exorcista: Creyentes" no logra ofrecer una experiencia satisfactoria para los fanáticos del género de terror ni para aquellos que aprecian la película original. La carga de ser una secuela de un clásico como "El Exorcista" se siente innecesaria y obstaculiza la narrativa en lugar de enriquecerla.
En última instancia, "El Exorcista: Creyentes" deja a la audiencia anhelando más que una secuela que cumpla con las expectativas y que realmente se sumerja en las profundidades del terror y la fe.
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